Martes 10 de junio del 2025
Asegura mis pasos con tu promesa, que ninguna maldad me domine. (Salmo 118)
MI REFLEXION:
A veces caminamos entre sonrisas que no son sinceras, entre miradas que no nos bendicen, entre personas que, aunque estén cerca, no desean nuestro bien. Pero, aun así, seguimos firmes, no por nuestra fuerza, sino por la promesa de Dios que sostiene nuestros pasos, y nos protege siempre.
Este versículo es una oración poderosa: que ninguna maldad me domine. Es una petición humilde pero llena de fe. No pedimos que no haya maldad a nuestro alrededor, porque eso sería negar la realidad. Lo que pedimos es que esa maldad no tenga poder sobre nosotros. Que no nos desvíe, que no nos robe la paz, que no nos contamine el corazón. Cuando Dios asegura nuestros pasos, no hay enemigo que pueda desviarnos del camino. Él nos guarda, nos cuida y nos cubre con su luz, incluso cuando la oscuridad intenta acercarse.
Así que hoy te invito a repetir con Fe: Señor, afirma mis pasos. Que ningún mal me alcance. Que ninguna palabra dañina me hiera. Que ningún plan oculto tenga poder sobre mi vida. Que tu promesa me cubra como escudo, y que siempre camine en tu protección. Amén.
Cierro con esta linda canción “Me sostendrá”
Amén
Me gustaMe gusta