Lunes 8 de diciembre del 2025
“Fíate del Señor de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.” (Proverbios 3:5)
MI REFLEXION:
Confiar cuando todo es claro es fácil, confiar cuando no entiendo… eso es fe. En la vida no siempre entendemos los procesos. A veces queremos respuestas rápidas, señales claras, caminos bien marcados. Sin embargo, muchas veces Dios guarda silencio, no porque esté ausente, sino porque está obrando en lo profundo, en lo que no vemos, en lo que nuestro corazón todavía no logra comprender, obrando en lo que realmente nos conviene.
Confiar cuando todo va bien es sencillo. Lo difícil y lo verdaderamente espiritual, es confiar cuando no hay explicaciones, cuando las puertas parecen cerradas, cuando el tiempo pasa y no vemos resultados. Ahí es donde la fe se vuelve real, donde aprendemos a soltar el control y a descansar en las manos de Dios. Confiar no es resignarse, es creer con esperanza. No es rendirse, es entregarse con fe. Es caminar sin ver el camino completo, sabiendo que Dios ya lo trazó. Aunque no entendamos el “por qué”, podemos confiar en el “para qué”.
Hoy te invito a confiar, incluso en medio de tus dudas, de tu cansancio, de tu espera, de tus desacuerdos. Dios nunca llega tarde, Él obra en silencio, pero siempre a tiempo, en el momento justo. Aunque no entienda lo que Dios hace, elijo confiar en lo que Él es, en lo que hace y permite que ocurra. Solo di dentro de ti: Señor, ayudame a confiar, a ver lo positivo detras de todo esto. Yo elijo confiar y creerte a ti.
Te dejo esta bonita canción de confianza en Dios “Espera el tiempo de Dios”