Martes 25 de noviembre del 2025
“Cuando hacemos pausa y miramos hacia dentro, descubrimos lo que realmente necesita ser sanado, ordenado y amado.” (Anonimo)
MI REFLEXION:
A veces la vida nos empuja con tantas responsabilidades, emociones y ruidos externos, que sin darnos cuenta caminamos en automático. Vamos resolviendo, apagando fuegos, cumpliendo, pero no siempre sintiendo. Por eso, cada cierto tiempo es necesario hacer un alto, un aparte, y regalarle al alma ese gesto que tanto necesita: un silencio interior. El silencio interior no es ausencia de sonido… es presencia de uno mismo. Es abrir un espacio para escucharnos de verdad, sin filtros, sin defensas, sin prisa.
Ese silencio es una pausa para escucharnos: En la salud, para notar cómo está nuestro cuerpo y qué necesita. En los sentimientos, para reconocer lo que nos duele, lo que nos pesa y lo que nos hace bien.
En las relaciones, para ver si estamos amando con equilibrio, si estamos recibiendo lo que nos merecemos. En el trabajo, para evaluar si avanzamos desde el propósito o desde el cansancio.
A veces no necesitamos respuestas, solo silencio… porque en el silencio, el alma se acomoda y la vida vuelve a tener sentido. Aquí te dejo una melodía que podría ayudare mucho a hacer ese aparte y un silencio interno.