Lunes 20 de octubre del 2025
Ante la promesa de Dios Abrahán no fue incrédulo, sino que se hizo fuerte en la fe, dando con ello gloria a Dios, al persuadirse de que Dios es capaz de hacer lo que promete, por lo cual le valió la justificación. (Romanos 4:20-22)
MI REFLEXION:
A pesar de las caídas, del dolor que a veces parece no tener fin, de las angustias que nos roban el aliento, de los conflictos familiares que quiebran el alma, de los matrimonios quebrantados por infidelidad, del desempleo que sacude nuestra esperanza, o de esos diagnósticos médicos que estremecen nuestra fe…Aun así, quiero creer. Quiero creer que nada de lo que sucede es casualidad, que cada prueba tiene un propósito divino y que Dios no permite nada que no podamos soportar. Quiero creer que en medio del caos, Él sigue obrando, silencioso pero presente, preparando el terreno para algo mejor.
Quiero creer que las lágrimas también riegan bendiciones, que las pérdidas abren caminos nuevos y que las heridas nos hacen más sensibles a la voz del cielo. Cada situación, por difícil que parezca, trae consigo una lección, una oportunidad de crecer, de confiar más, de soltar el control y dejar que sea la fe quien guíe nuestros pasos.
Hoy decido seguir creyendo, aunque no entienda algunas cosas, aunque duela, aunque parezca imposible… Porque creer en Dios, es aferrarse a la esperanza cuando todo lo demás se derrumba. Y yo, con todo lo que soy, quiero seguir creyendo como Abraham…. Sobre todo creer en mi.
Cierro con esta motivadora canción “Creo en mi”