Miercoles 24 de septiembre del 2025
«El necio dice en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; no hay quien haga el bien.» (Salmos 14:1)
MI REFLEXION:
Muchas personas anhelan bienestar, buscan paz, quieren ver resultados positivos en su vida, pero olvidan la fuente verdadera de todo ello: Dios en sus vidas. Es común que cuando llegan las pruebas, en lugar de acercarse a Él, le reclamen, renieguen o incluso duden de Su existencia, se llenan de ira, de rabia. Pero, ¿cómo esperar frutos si se arranca la raíz que los sostiene? ¿Cómo pedir paz cuando se rechaza al Dador de la paz? La vida sin Dios se vuelve como un barco sin timón, movido por las olas de las circunstancias. No se trata de vivir en fanatismo, se trata de tener el corazón abierto “En gratitud total”, reconociendo que Dios es el dador de todo.
Dios no es culpable de nuestros dolores, sino la respuesta en medio de ellos. La paz que Él da no depende de las circunstancias, sino de Su presencia en nuestro corazón. Si buscamos resultados duraderos, debemos primero buscar al Señor, confiar en El, porque Él es quien abre caminos, sostiene en la tormenta y llena de esperanza. Cuando quieras bienestar, no lo busques en lo pasajero, búscalo. Cuando te falte paz, corre a Su presencia. Y cuando las cosas no salgan como esperabas, no reniegues: confía. Dios no abandona, aunque a veces no entendamos sus procesos.
Cierro con esta hermosa canción “Gracias quiero darte”