COMPASIVO

Jueves 11 de septiembre del 2025

«Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo.  No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad, y se os dará: una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halago de vuestro vestido. Porque con la medida con que midáis se os medirá.» (Lucas 6, 36-38)

MI REFLEXION:

Muchas veces somos rápidos para señalar lo que otros hacen mal, pero muy lentos para mirarnos a nosotros mismos. Jesús nos invita a la compasión porque sabe que todos cargamos con heridas, debilidades y errores. Juzgar y condenar al otro es olvidar que también nosotros necesitamos paciencia, perdón y misericordia.  El Señor nos dice: “Perdona y serás perdonado”. No porque sea un trueque, sino porque cuando perdonamos, liberamos nuestro corazón del veneno del rencor. Aferrarnos a lo que nos hicieron solo nos mantiene encadenados al dolor. Soltar y perdonar no significa justificar lo malo, sino decidir que eso ya no tendrá poder sobre nosotros.

Jesús añade: “Dad y se os dará”. Aquí no se refiere solo a cosas materiales, sino a todo lo que sale de nuestro corazón: amor, comprensión, paciencia, ternura, servicio. Lo que sembramos en los demás siempre vuelve multiplicado, de una forma u otra. Si damos bondad, recibiremos bondad; si sembramos compasión, cosecharemos compasión.   En la vida práctica, esto significa que si yo trato al otro con dureza, tarde o temprano la vida me medirá con esa misma dureza. Pero si trato con amor, aunque me fallen, aunque me hieran, Dios se encargará de que mi medida se llene de bendiciones.

Este pasaje nos enseña a vivir más ligeros: sin juzgar tanto, sin cargar resentimientos y con el corazón abierto para dar lo mejor de nosotros. Porque con la medida que usemos con los demás, esa misma medirá la vida con nosotros.  Amen?

Cierro con esta hermosa canción “Dame un corazón sencillo”

Deja un comentario