UNA LUZ EN EL CAMINO

Lunes 1 de septiembre del 2025

«Aunque me encuentre en la más profunda oscuridad, no temeré, porque tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento.» (Salmo 23:4)

MI REFLEXION:

Hay momentos en la vida en los que todo parece nublarse: las puertas se cierran, el camino se oscurece y el corazón se siente cansado. Es en ese silencio y en esa incertidumbre donde más necesitamos la Luz divina. Esa luz que no solo ilumina el sendero, sino que también fortalece nuestra fe, renueva nuestro ánimo y nos da la certeza de que no caminamos solos. Porque cuando nuestra fuerza se agota, la gracia de Dios comienza a obrar.

Al final, la oscuridad no es eterna.  Con cada paso de fe, con cada oración sincera, la luz del Señor se abre camino.  Él transforma la noche en amanecer y nos recuerda que siempre hay esperanza para quien confía en Él.     Por eso te pedimos mi Dios, que no permitas que caigamos, levántame cuando me sienta en desanimo, en confusión.   Gracias por estar.

Cierro con esta bella cancion “Dios de Pactos”

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