Martes 24 de junio del 2025
Señor, tú me sondeas y me conoces; me conoces cuando me siento o me levanto, de lejos penetras mis pensamientos; distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. (Salmo 138)
MI REFLEXION:
Hay momentos en que las palabras no salen, en que el alma se queda quieta, y el corazón se llena de pensamientos que ni siquiera sabemos cómo explicarlos. Y sin embargo… Él lo sabe todo. El Señor me conoce profundamente. Conoce mis pasos, incluso antes de que los dé. Sabe lo que me pesa, lo que me alegra, lo que me inquieta y lo que me ilusiona. Él me ha visto en la cima de mi alegría, pero también en el valle de mis tristezas. Ha estado presente en mi descanso, en mi lucha diaria, en mis dudas y en mis certezas. Aun cuando no digo nada, Él lo escucha todo. No necesito disfrazar mi corazón ni adornar mis oraciones para que Él me entienda. Basta con que me quede en silencio, y ya Él me ha leído el alma.
Qué consuelo tan grande saber que hay un Dios que me sondea y me conoce. Que no soy invisible ante sus ojos, que mis lágrimas no caen al suelo sin que Él las recoja. Que incluso cuando me siento perdida… Él sabe exactamente dónde estoy. Ese es mi Dios, el que me ama tal cual soy, sin señalarme, sin obligarme a nada, sin criticarme, simplemente me ama.
Hoy me abrazo a esa certeza: no estoy sola. Mi Padre celestial me conoce mejor que nadie… y aun así, me ama como nadie. Te dejo esta canción para completar “Tú me conoces”