Viernes 16 de mayo del 2025
«Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.» (Apocalipsis 3:15-16)
MI REFLEXION:
Hay personas que dicen tener fe, y hasta hablan bonito de Dios, parecen ángeles. Comparten mensajes, oran, se saben los cánticos o alabanzas, etc., pero cuando llega la prueba, cuando algo no les sale como esperaban, ahí se les cae la máscara de la Fe. Se enojan con Dios, dudan, murmuran, se desesperan. Su fe se tambalea con la misma facilidad que cambia su humor. Jesús fue claro: «Por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.» (Apocalipsis 3:16). Eso no es suavecito, es fuerte. Jesús no quiere medias tintas, o crees o no crees, o confías o no confías, o vives con fe o solo aparentas para los demás.
La fe verdadera no depende del ánimo ni de si el día está soleado o nublado. No es una emoción que sube y baja. La fe se demuestra en los momentos difíciles, cuando todo dice “no” y tú aún dices “Dios puede”, mi Dios en control de todo. Cuando la tormenta arrecia y tú permaneces firme. No podemos ser lunáticos espirituales, que todo es según la fase lunar como dicen: hoy en el gozo, mañana en el drama. Hoy orando, mañana renegando, hoy adorando, mañana criticando. Eso no es fe, eso es show.
Dios busca corazones firmes, gente caliente en fe, decidida, constante. Gente que aunque tiemble por dentro, no retrocede. Que no anda con doble cara ni con palabras bonitas pero vacías. Porque al final, las acciones hablan más alto que las palabras compartidas. ¿Tienes fe? Demuéstralo cuando no entiendas el proceso. Demuéstralo cuando duela. Demuéstralo con tu conducta, no con tu discurso. No seas tibio, porque Jesús no negocia con la tibieza.
Cierro con esta linda melodía