Miercoles 14 de mayo del 2025
«Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.» (Mateo 5:5)
MI REFLEXION:
La mansedumbre es una joya del alma, parte del fruto del Espíritu Santo. No es pasividad ni indiferencia, sino una virtud que nos ayuda a moderar la ira, a manejar nuestras emociones sin que ellas nos dominen. Pero seamos sinceros, no siempre es fácil vivir con mansedumbre. En este mundo lleno de presiones, injusticias, tensiones y cansancio, es natural que a veces perdamos la paciencia, que nos gane la frustración o que nos sintamos al borde del colapso. Y a veces creemos que si amamos a Dios o tenemos fe, nunca deberíamos enojarnos. Pero no es así.
Justo ayer tuve una experiencia donde “La mansedumbre” me domino. Iba con la intención de peliar, de reclamar algo con mucha molestia en un lugar donde mi hija compro un electrodomestico, sin embargo cuando me vi frente a la persona, su cara, tu tono de voz, su amabilidad me hizo mantenerme serena, empatica y definitivamente me domino ese don que nos da el Espiritu Santo “Mansedumbre” Uff!!! Que bien me senti despues. No somos perfectos, somos humanos. Y por eso necesitamos orar, respirar hondo, y pedir al Espíritu Santo que renueve en nosotros ese don. Porque no se trata de reprimir lo que sentimos, sino de aprender a responder con sabiduría, con templanza, con equilibrio, con inteligencia emocional.
Hoy, en esta mañana, le digo a Dios: Toma mis pensamientos, mis emociones, mis cansancios. Esos momentos donde me dan ganas de soltar todo porque siento que nada cambia. Ayúdame a confiar, a esperar, a mantener la fe viva. Enséñame a cuidar mi paz interior, a responder con amor aunque por dentro me sienta débil. Gracias, Señor, porque sé que me escuchas y no me dejas sol@. Que hoy el Espíritu de Dios nos abrace con su calma. Que nos recuerde que sí, es posible vivir con mansedumbre, incluso en medio del ruido. Solo hay que volver a Él, una y otra vez. Amén.
Termino con esta bella canción que nos ayuda a entrar a un momento de armonía pidiendo a Dios que nos dé más y más de Él, de su presencia e nuestras vidas “Dame de Beber”