MOMENTOS DE AFLICCION

Miercoles 30 de abril del 2025

Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.  (Vean Salmo 33)

MI REFLEXION:

Hay días en los que el alma se quiebra en silencio, cuando las fuerzas apenas alcanzan para respirar y el corazón parece ir a la deriva en un mar de incertidumbre.  Momentos donde el dolor no se puede explicar con palabras, y lo único que brota son lágrimas que nadie más comprende.   Sabemos que todos atravesamos tiempos de aflicción, no discriminan edad, fe, ni fortaleza.  A veces llegan sin aviso, y otras, como consecuencia de heridas que no terminan de cerrar.   En esos momentos, es fácil sentir que estamos solos, que nuestras súplicas se pierden en el aire, que Dios guarda silencio.

Sin embargo, hoy te comparto lo que dice el Salmo 33, nos recuerda algo poderoso y tierno: «Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.»  No dice “tal vez” lo escuchará, ni que depende de lo que haya hecho. Dice con certeza: Él lo escucha.   Dios no es indiferente a tus lágrimas, Él no se aparta cuando la angustia aprieta, muy al contrario, su oído está inclinado hacia quienes claman desde lo profundo.  A veces no responde como esperamos, pero siempre responde como necesitamos.

A ti, que atraviesas un valle de sombra, quiero decirte esto: tu oración no cae en el vacío.  Tu clamor llega al cielo, y aunque ahora no lo veas, en lo invisible se está moviendo lo eterno.  Dios está actuando, sanando, abriendo caminos, sosteniéndote con manos que no tiemblan.  No hay noche tan oscura que impida el amanecer, no hay dolor tan profundo que Dios no pueda consolar.   Él conoce tus lágrimas una por una y las guarda como promesas de esperanza.  Porque los momentos de aflicción no son el final: son parte del camino donde Dios también se revela como consuelo, fortaleza y refugio.   Recuerda:  Suelta, confía y fluye, no te desesperes.   Algo bueno está por llegar.

Cierro con esta canción “Aunque mis ojos no te puedan ver”

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