Lunes 6 de enero del 2025
Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con Maria, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. (Mateo 2:10-11)
MI REFLEXION:
Este relato, tomado de Mateo 2:10-11, nos invita a reflexionar sobre varios aspectos profundos y transformadores para nuestras vidas. La estrella como guía divina: Los sabios (o magos) siguieron una estrella que les guiaba hacia un destino específico: encontrarse con Jesús. Esto nos recuerda que, cuando estamos perdidos o buscando respuestas, Dios siempre nos proporciona «estrellas» en forma de señales, personas o circunstancias que nos guían hacia Él. Pero debemos tener la humildad y la disposición para seguirlas, incluso si el camino parece incierto o desafiante. La alegría de encontrar a Cristo: La inmensa alegría que sintieron los magos al ver la estrella nos enseña que cuando encontramos a Jesús, nuestro corazón se llena de gozo verdadero. No se trata de una felicidad pasajera, sino de una alegría que da paz y propósito, que llena los vacíos que el mundo no puede colmar.
Los regalos de los Reyes Magos tienen un mensaje sencillo y poderoso para nuestras vidas: dar lo mejor de nosotros mismos en cada momento. Estos regalos no son solo ofrendas físicas, sino un recordatorio de lo que podemos dar de nosotros mismos: valor (oro), fe (incienso) y resiliencia (mirra).
En síntesis, este pasaje bíblico de los Reyes Magos, es un recordatorio de que cuando buscamos a Jesús con sinceridad, Él nos recibe con los brazos abiertos, no importando nada de nuestras vidas, sin culpas, basta con abrir nuestro corazón a Él siempre. Al igual que los magos, nuestra búsqueda espiritual no termina al encontrarlo; comienza una nueva vida llena de propósitos, alegría y la oportunidad de dar lo mejor de nosotros cada día, siendo una persona sincera, autentica, sin mascaras.
Cierro con esta canción “Pastores a Belén”