Jueves 10 de marzo del 2022
He aprendido a vivir, sea con escasez, sea con abundancia; y he aprendido a sentirme satisfecho, lo mismo con el estómago lleno que vacío, teniendo de sobra o pasando necesidad. (Filipenses 4:12)
MI REFLEXION:
Es muy bueno siempre estar en la abundancia, sentir que nada nos falta, que todo lo tenemos cubierto. A veces esto se confunde un poco con vivir en una zona de confort, de la cual no queremos salir. En esos momentos todo es felicidad, si estoy en el camino del Señor todo es “Gloria a Dios”, todo es bendición, etc. ¿Y cuando llega la escasez que sucede? La fe se tambalea, se pierde el enfoque y ya dejamos de creer que el Señor todo lo puede, porque como humano queremos anteponer nuestras creencias y criterios. Demostramos una Fe pobre.
Cuando decimos que creemos en el gran poder de Dios, somos felices siempre, con lo poco o mucho que podamos tener, no tenemos cabida en nuestras vidas a deprimirnos o entristecernos cuando la escasez nos acecha, no nos desequilibramos. Debemos demostrar ese gran ser humano que cree de verdad en el Dios de los imposibles. Hoy te invito a que alabes en todo momento, en lo bueno y en lo no tan bueno, que no pierdas la fe, aunque sientas que ahora mismo tengas la soga al cuello. Recuerda que Dios no se muda ni te abandona. Amen!!!
Cierro con esta linda cancion «Tu nunca me has dejado»