Miercoles 14 de junio del 2017
”En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo: ¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos. Éstos recibirán una sentencia más rigurosa” (san Marcos (12,38-y sgtes.)
MI REFLEXIÓN PERSONAL:
Yo sé que en las comunidades de ustedes esto no pasa, pero les pongo un ejemplo por si acaso conocen algún caso cerca, en el entorno. Han visto esas señoras, laicas consagradas, cuando se van a celebrar misas especiales con invitados de honor, dígase por ejemplo quizás el Nuncio, o el Cardenal. O por lo contrario a lo mejor dicen que van a televisar la celebración, en fin, son las primeras personas que andan buscando estar delante, buscando las cámaras o en algunos casos que le sean asignado funciones especiales para estar cerca de las autoridades, para dejarse ver. Me pregunto yo: Y Jesús como ve esto, imagino se preguntará, y acaso los que están detrás, en los últimos asientos, probablemente con ropas sencillas, quizás hasta un limosnero en la puerta, acaso esos no recibirán la misma bendición que yo les doy?
Hay que ver que es lo que realmente andamos buscando en las Comunidades, en la Iglesia, en las Asambleas, en los Grupos de Oración, en este caminar de la FE. Buscamos estar de protagonistas, queriendo destacarnos y ser los mejores, o le damos el protagonismo al Señor, al Rey de Reyes y Señor de Señores? A sinceridad pensemos que es lo que realmente queremos? Por ejemplo el caso de los que tenemos el Don de cantar, somos humildes en este servicio o lo que queremos es estar protagonizando en el escenario? Lo mismo con los que dirigen los grupos o Comunidades, les dan oportunidad a los demás que también puedan poner al servicio del Señor sus habilidades, carismas y dones, o lo queremos opacar, queriendo siempre estar dirigiéndolo todo? Vuelvo y repito, sé que esto no pasa en tu grupo pero por si acaso.
Que estas palabras nos sirvan hoy para reflexionar nuestro papel en este camino de la Fe. Vamos a pedirle al Señor que nos permita ser personas humildes, sencillas, agradables para el Señor. Pidámosle además, que nos permita ser un reflejo de su sencillez, de su belleza cálida, de su Amor, de su bondad ante los demás, que nos permita tener un corazón susceptible a ser moldeado. Cantemos!!! “Hazme un corazón de Barro”